jueves, 10 de septiembre de 2015

Preguntas en el aula:cómo, cuándo, por qué, para qué


(Caligrama extraído de El diente del tiempo)


La pregunta es habitual, cotidiana dentro de la institución escolar, dentro del aula. Tanto que a veces dudamos qué preguntar, cómo:

"-VM: –... Cuando empezamos un curso y les pedimos a los participantes que hagan una pregunta, muchas veces nos dicen “qué difícil lo que me acabas de pedir, que haga una pregunta de algo que me interesa”. Cuesta mucho formular una pregunta.  Creo que el hecho de que nosotros atravesemos esta experiencia y nos coloquemos en ese lugar, es fundamental. Y es fundamental que lo vivenciemos junto con otros colegas. Así como les damos la oportunidad a los chicos [...]de que compartan y construyan sus ideas junto a otros, y que así enriquezcan sus opiniones con las del compañero, es necesario que el docente también lo haga, que aprenda a pensar con otros, a escuchar."(fragmento  de la  Entrevista a Gloria Arbonés y Victoria Maclean Coordinadoras del Espacio Filosofía para Niñxs

Porque saber preguntar, no adelantarse a la respuesta, escuchar qué responden los chicos, por qué contestan de una manera y no de otra, formular  preguntas "que abran el diálogo" no es una cuestión particular de la Filosofía, sino extensiva a todas las áreas, a cualquier instancia del sistema educativo es que nos parece válida la lectura de esta entrevista que les linqueamos arriba.Porque como Isabelino Siede opina:

"...Solo un sujeto que pregunta y se pregunta, que comparte sus preguntas con otros y transita el recorrido que cada pregunta exige, está en condiciones de construir un conocimiento crítico y emancipador."(fragmento de Ciencias Sociales en la escuela. Criterios y propuestas para el aula)

O porque como Paulo Freire nos dice:


vivir la pregunta,  vivir la indagación. Vivir la curiosidad. Testimoniarla al estudiante. El problema que, en verdad, le aparece al profesor, en la práctica, es de "espantarse", al ir creando en los alumnos el hábito, como virtud, de preguntar. Para un educador en esta posición no hay preguntas bobas ni respuestas definitivas. Un educador que no castra la curiosidad del educando, que se inserta en el acto de conocer, jamás es irrespetuoso con pregunta alguna. Porque, asimismo cuando la pregunta para él pueda parecer ingenua, mal formulada, no siempre lo es para quien la hace. En tal caso, el papel del educador, lejos de ser el que ironiza al educando, es de ayudarlo a rehacer la pregunta con lo que el educando aprende, en la práctica, córno preguntar mejor." (fragmento de Hacia una pedagogía de la pregunta)(La negrita y la cursiva son nuestras)

¿Qué les parecen la entrevista, los fragmentos citados y  las palabras de Siede/Freire?

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