Las
artes para los niños- Michael Morpurgo habla acerca de la importancia de las
artes en las vidas de los niños.
Artes para los niños ¿Por qué nos ocupamos? ¿Cuál es
el sentido? ¿Por qué los niños tendrían que ir al teatro, a conciertos? ¿Por
qué tendrían que tener la oportunidad de bailar o de pintar? ¿Cuál es el punto
en esto? ¿Por qué gastamos tiempo, por qué gastamos dinero en esto? Bueno…, hay
realmente unas buenas respuestas para esto. Y, yo creo, que nos olvidamos de hacer
estas preguntas, y que es en las respuestas que encontramos el sentido acerca
de las artes.
Al crecer todos necesitamos enriquecernos; es lo que
da sentido a nuestras vidas como niños y como adultos. Y para mí, debo ser
hacer una referencia personal -ya que esto no es producto de investigación-, es a través de los
libros, los cuentos, los poemas, el teatro, las películas, de todas estas cosas, que se ha enriquecido mi
vida. Estas cosas me han hecho quien soy,
me ayudaron- si lo prefieren- a ser creativo; me dieron la confianza en
pensar que yo podía contar cuentos, que podía cantar.
Ya que estamos hablando de el canto… Cuando era niño me
uní al coro en el colegio y me encantaba. No era particularmente bueno; pero
eso no importa porque hay veinte o treinta voces más y la tuya puede estar
escondida o mezclada. Pero te encanta hacer eso porque están todos juntos
realizando algo, sentís que pertenecés y que están produciendo este sonido
maravilloso entre todos. Y después me fui del colegio, como todo el mundo, y me
olvidé completamente de eso de cantar, quedó como muerto
en mi interior. Y muchos años después, ya adulto, empecé a cantar con un grupo
de folclore; cantábamos canciones folclóricas inglesas. Y un tiempo después
pensé, si puedo hacer esto puedo cantar solo. Y canté; y me encantó. Y no
habría podido hacer esto si antes, en esos años en el pasado, no hubiera estado en ese pequeño coro de mi escuela o de mi iglesia.
Lo que ocurre es que cuando una madre o un padre o un maestro llega y entusiasma con
el teatro o la música siembra una semilla. Es lo mismo que ocurre cuando un
chico va al teatro por primera vez; los ojos enormes, la boca abierta,
pensando "esta es la mejor experiencia de mi vida". Sale sabiendo que quiere ver
más obras de teatro. El otro día fui a ver niños practicando ballet. Habían hecho
un maravilloso ballet sobre un cuento mío. Cien niños bailando en el escenario,
y yo nunca había apreciado realmente el ballet hasta ese momento. Y eso fue un
hueco en mi vida; si hubiera ido a bailar de chico hubiera aprendido a
disfrutarlo mucho antes, y eso hubiera enriquecido mi vida.
Entonces, ¿qué vamos a hacer?, ¿qué vamos a
aportarle a los niños? Creo que lo primero y más importante es que los niños
entren en contacto con los que hacen arte, estos son los escritores, los músicos,
los poetas, los actores, los bailarines. Así podrán ver que esto es para ellos,
que no es para los “inteligentes”; es para ellos. Y ellos pueden incorporarse
en el hacer, en la creación de todo esto.
Por eso es que necesitamos nuestras bibliotecas
abiertas, para que los niños puedan leer los libros aunque no tengan el dinero
para comprarlos; necesitamos teatro para la gente joven, para que vayan al
teatro o que el teatro vaya a las escuelas y vean que pueden formar parte de
grupos que hacen teatro. Pero la gente en todo el país está haciendo esto: autores,
poetas, cuentistas yendo a las escuelas… y grupos de teatro; es maravilloso. Es
absolutamente maravilloso, increíble.
Pero tiene que sostenerse, mantenerlo en movimiento, que progrese, para que tengan lo mejor de las artes. No pensar: “Oh es para chicos, no gastemos mucho tiempo o dinero en eso. Es solo para niños”. Esa no es la manera. Esa es la manera en la que los niños se sienten disminuidos. Si se los abraza ya sea con el teatro, con la música o con los libros, si se sienten comprometidos, se sienten parte de la cultura, no excluidos. Ahí es cuando sienten que pertenecen a la sociedad. ¿Y qué significa eso? Que no están alienados, que no se sienten enojados con el mundo, que no se enojan con nosotros-los niños crecidos- porque son parte de nuestro mundo.
Pero tiene que sostenerse, mantenerlo en movimiento, que progrese, para que tengan lo mejor de las artes. No pensar: “Oh es para chicos, no gastemos mucho tiempo o dinero en eso. Es solo para niños”. Esa no es la manera. Esa es la manera en la que los niños se sienten disminuidos. Si se los abraza ya sea con el teatro, con la música o con los libros, si se sienten comprometidos, se sienten parte de la cultura, no excluidos. Ahí es cuando sienten que pertenecen a la sociedad. ¿Y qué significa eso? Que no están alienados, que no se sienten enojados con el mundo, que no se enojan con nosotros-los niños crecidos- porque son parte de nuestro mundo.
Entonces, no es
algo superfluo, algo que "es para niños". Es algo esencial para su
bienestar. Por eso debemos sostenerlo. Gracias por escuchar.
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