Xosé Ballesteros en su columna de Había una
vez, revista de Libros y Literatura Infantil y Juvenil nos dice:
“El mejor maestro, la mejor maestra, será quien
consiga guiarlos –a los chicos- y
“encantarlos” como buen jugador de palabras. No manda leer, lee. No manda
escribir, escribe. Habla por su boca la voz de un pueblo, la voz de la
sabiduría popular que rescata la tradición oral y a los poetas que han bebido
de esa misma tradición. Hablan por su boca todos aquellos que contaron alguna
vez un cuento, los de animales, los de costumbres, los cuentos mágicos."
"¿En qué lugar, en qué espacio se debe producir ese “encantamiento”?” En la escuela, pensamos nosotras, tratando de establecer la equidad que, por diversas razones, hoy la sociedad no ofrece a todos y cada uno de nuestros niños. La escuela y nosotros, los docentes, debemos instalar la palabra pronunciada en las aulas, en cada clase porque el encantamiento es posible; solo debemos aportar un espacio físico y temporal para que ello ocurra. ¿Qué lecturas ofreceremos?¿Cuáles son las historias que sentimos debemos hacer escuchar a nuestros alumnos durante este año lectivo?
"¿En qué lugar, en qué espacio se debe producir ese “encantamiento”?” En la escuela, pensamos nosotras, tratando de establecer la equidad que, por diversas razones, hoy la sociedad no ofrece a todos y cada uno de nuestros niños. La escuela y nosotros, los docentes, debemos instalar la palabra pronunciada en las aulas, en cada clase porque el encantamiento es posible; solo debemos aportar un espacio físico y temporal para que ello ocurra. ¿Qué lecturas ofreceremos?¿Cuáles son las historias que sentimos debemos hacer escuchar a nuestros alumnos durante este año lectivo?
En otro momento
“Leer en voz alta es degustar las palabras,
masticarlas, estirarlas, hincharlas como si fuesen un globo y hacerlas explotar
o cabalgar con ellas por estepas, o elevarnos hasta las más altas cimas o
visitar con ellas el fondo de los mares. Tenemos a nuestra disposición todas
las historias escritas a través de los siglos. Solamente tenemos que elegir el
libro, sentarnos o permanecer de pie con él entre las manos e invitar al viaje.
La audiencia, sean niños o ancianos, esté formada por analfabetos o universitarios,
estará feliz de acompañarnos en ese tiempo mágico que se inaugura con la
palabra pronunciada.”
Feliz viaje de lecturas e historias para cada uno de nosotros y de nuestros alumnos
Compartimos el enlace del artículo del autor citado, La palabra pronunciada
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